martes, 1 de marzo de 2016

La mujer como artista en el Barroco


     De la misma manera que en el Renacimiento, en el periodo del Barroco permanecía el cambio en la valoración de los artistas, reduciendo las barreras que no permitían a las mujeres a participar en campos como la pintura, la arquitectura y la escultura. 
     Es necesario tener en cuenta que para ser artista era necesario tener una buena formación. También influía en las posibilidades formativas y, por tanto, las mujeres nobles o burguesas aprendían las disciplinas artísticas con un maestro mientras que las mujeres que pertenecían a una clase más baja se formaban en el taller familiar.

1. ELISABETTA SIRANI (1638-1665)



   Elisabetta Sirani fue una pintora italiana del siglo XVII, perteneciente al estilo barroco y una de las últimas representantes de la escuela boloñesa. Fue una de las mujeres que consiguió el reconocimiento de sus derechos y fue conocida internacionalmente. 
   Al igual que muchas de las artistas de esta época, Elisabetta desarrolló su talento con la ayuda de su padre, quien seguía el estilo del artista Guido Reni. Cuando su padre enfermó, la pintora se hizo cargo de su taller, el cual llegó a ser visitado por un gran número de personas interesadas en su arte. 
   Elisabetta Sirani destacó principalmente en pintura, dibujo y grabado pero también se dedicó a campos como la música y la poesía. También realizó retratos y autorretratos y aplicaba temas religiosos e históricos en la mayoría de sus obras.
Porcia hiriéndose el muslo,1664 (Tema histórico)
El bautismo de Cristo (Tema religioso)
      Además, la artista también trabajó para la nobleza y entre sus clientes podemos encontrar al Gran Duque de Cosimo III, el Príncipe Leopoldo y el Príncipe Heredero de la Toscana.  
Retrato de Beatrice Cenci
  Como se ha dicho con anterioridad, Elisabetta Sirani fue reconocida internacionalmente y, debido a esto, en la actualidad sus obras se encuentran en varios de los museos más importantes del mundo, como la Pinacoteca Nacional de Bolonia, la Galería Uffici o el Museo Nacional de Mujeres en el Arte en Washington. 
   A continuacióm, podemos ver un breve vídeo que muestra algunas de las obras de Elisabetta Sirani: 

2. ARTEMISIA GENTILESCHI (1593-1656)

     Artemisia Gentileschi fue una pintora barroca que aprendió este arte gracias a su padre, Orazio Gentileschi, que era un seguidor de Caravaggio. Así, esta autora aprendió, de su padre, la técnica del claro-oscuro, muy característica de la vertiente del tenebrismo, que destacó en la mayor parte de sus obras. 
     Artemisia fue la primera mujer que pudo acceder a la Academia de Dibujo de Florencia. Gracias a esto consiguió trabajar para personajes importantes como Galileo Galilei, la duquesa Cristina y el duque Cosimo II de Médici. Además, pudo trabajar con Buonarroti, familiar de Miguel Ángel, que le encargó una pintura para el techo de la galería de la Casa Buonarroti. 

Allegoria dell'inclinazione
     Más adelante se mudó a Nápoles y fue apreciada por personas como el Virrey Duque de Alcalá y el pintor Máximo Stanzione. La producción más destacada de este periodo es la siguientes: 
Nacimiento de Juan Bautista (Museo del Prado)
    Después, se mudó a Londres y pudo trabajar en la corte de Carlos I de Inglaterra con su padre, ayudándolo a decorar un techo de la vivienda de la reina Enriqueta María de Francia.

Autorretrato como la Alegoría de la Pintura
3. LAVINIA FONTANA

     Lavinia Fontana fue hija de Prospero Fontana, pintor de la época barroca que enseñó a su hija este oficio. Fontana se aproximó mucho al estilo de las obras de su padre y muy joven consiguió un nombre como pintora, realizando retratos . 
Retrato de Antonietta Gonsalvus, 1575
Minerva vistiéndose, 1613

    Se casó con un rico discípulo de su padre y nos es imprescindible destacar que, a diferencia de las mujeres de la época, Fontana era quien sustentaba la casa económicamente, quedando su marido como ayudante en sus obras. Se trasladaron a Roma y obtuvo el mecenazgo de los Buoncampagni.

    Poco a poco sus obras adquirieron un carácter que se aproximaba al estilo del Clasicismo, abandonando el manierismo que tenían sus obras primeras.
Apolo y sus musas
    A continuación mostramos un enlace de la música barroca: 

Álbum de Ana María Magdalena Bach

    El conjunto de obras del enlace son del famoso compositor de la época J. S. Bach, quien dedicó este álbum a la soprano Ana María Magdalena Bach, su segunda esposa.
     Cabe destacar que el papel de la mujer estaba en auge debido a la importancia de la ópera en esta etapa puesto que se componían obras para ser interpretadas por mujeres. 
    En el enlace podemos apreciar que el clave, como instrumento principal de la época, tenía una caraccterística que determina la música barroca, el bajo contínuo junto con el sistema tonal musial (sistema de la música actual). 

El Barroco. Contextualización

    El Barroco es un movimiento artístico y cultural que surgió en los siglos XVII y XVIII en Italia y se expandió por toda Europa y que finaliza con la muerte de J. S. Bach en 1750.
Se basaba en la "Teoría de los afectos", teoría que tenía como intención la transmisión de sentimientos de forma general y no individual como ocurre posteriormente en el Romanticismo.

   Cultiva el lujo y el esplendor, llevando al extremo cualquier tipo de expresión artística (abundancia).

A pesar de ser un estilo internacional con rasgos comunes en toda Europa destacamos que existen rasgos y características propias en cada una de las naciones.

La forma de vida barroca resulta artificiosa y poco natural, desde el ceremonial cortesano hasta la peluca.

 En cuanto a las corrientes filosóficas aparecen el racionalismo y el empirismo con autores como Hobbe, Descartes, Spinoza y Pascal; es el inicio de la filosofía moderna. Las matemáticas predominan en todos los ámbitos.


Autores de la Filosofía Moderna
El reinado de Luis XIV es algo clave para entender la sociedad del momento: "todo por el pueblo pero sin el pueblo". La sociedad está dividida por estamentos: en las ciudades encontramos a la nobleza y la clase burguesa, una clase acomodada y culta que lucha por subir estamentos mientras que en el campo la sociedad cada vez es más pobre, existiendo el analfabetismo en 4/5 de la población total, gobernados todos por un estado monárquico absolutista.


Imagen de Luis XIV
    
Con lo que respecta al arte barroco es un arte dominado por los adornos, convirtiéndose en algo fundamental e imprescindible: se consigue un dominio tanto de lo aparatoso y monumental como de la curva sobre la recta.
  El arte se concentra en la Iglesia, la Corte y la Ciudad y sigue dependiendo de los mecenas tradicionales: la Iglesia, los Reyes, la Nobleza y algunos burgueses refinados serán los principales promotores de las obras que se encargarán en esta época.
Cada artista cada vez se centra más en su arte y es especialista de esta frente a la globalidad del artista del Renacimiento.

La mujer como artista en el Renacimiento

     Como podemos observar en la contextualización realizada sobre el Renacimiento, todos los autores destacados en música, arquitectura, pintura y escultura son hombres. 
    El desconocimiento de las obras a mano de artistas femeninas durante la Edad Media se produjo a causa del "anonimato artístico", es decir, el silencio femenino frente a las creaciones masculinas.
    No obstante, a partir de la época del Renacimiento las obras producidas por mujeres empiezan a mostrarse de forma directa y al mismo nivel que las de grandes artistas masculinos. 
        Por tanto, si nos centramos en las obras producidas por mujeres, podemos decir que las figuras más destacadas del Renacimiento a causa de sus espléndidas representaciones son:

1. SOFONISBA ANGUISSOLA (1535-1625)

   Sofonisba Anguissola fue una pintora italiana en el Renacimiento que recibió una formación humanista y artística y que destacó tanto en la pintura como en el dibujo.
   Entre sus obras, podemos destacar los retratos, donde se plasman actividades cotidianas o domésticas. En la mayoría de sus representaciones aparece ella misma, en otras palabras, esta autora destacó por sus propios autorretratos.
Autorretrato de Sofonisba Anguissola
    En cuanto a la trayectoria de la pintora, es necesario destacar que esta fue influenciada y formada por grandes autores como Campi y Gatti, quienes le ayudaron a trasladarse a Roma y relacionarse con Miguel Ángel Buonarotti.
  Su gran talento hizo que Sofonisba Anguissola entrara en contacto con el Duque de Alba, que recomendó a Felipe II que contratara a la autora. Así, Sofonisba se incorporó en la corte y realizó retratos a la familia real.
Retrato de Felipe II

Retrato de Isabel de Valois
        Parte de la producción de Sofonisba la podemos encontrar en el Museo del Prado. No obstante, muchas de sus obras ardieron en el incendio del Alcázar de Madrid.


2.CATERINA VAN HEMESSEN (1528-1587)



       Caterina Van Hemessen nació en Bélgica en el año 1528 y se dedicó a la pintura de miniaturas. fue la primera pintora del Renacimiento que mostró sus obras de manera directa, sin recaer en el silencio de autoría.            
       El trabajo de esta autora evolucionó gracias a la Reina María de Hungría, quien contrató a Caterina para trabajar en su corte, realizando retratos en miniatura a los cortesanos.


Retrato de una dama
    Esta pintora se dedicó, prácticamente, a los retratos y los autorretratos. La mayor parte de sus producciones muestran una temática religiosa e histórica, siempre realista.
Autorretrato
       En la actualidad, podemos encontrar las obras de Caterina  van Hemessen en la National Gallery de Londres, en Rijksmuseum de Ámsterdam y en el Öffentliche Kunstsammlung de Suiza. 

       A continuación mostramos un ejemplo de música del Renacimiento:

                                  Oh Màgnum Mysterium                                                Obra te Tomás Luís de Victoria, compositor español 
     
      En esta obra podemos comprobar que las mujeres, a pesar que empezaban a mostrar sus obras a la sociedad, todavía quedaban apartadas de esta, siendo sustituidas por los hombres en algunos ámbitos. La música pasó de tener dos voces (cantus y discantus) al canto gregoriano a cuatro voces: discantus, contratenor altus, tenor y contratenor bassus, siendo interpretadas las cuatro por voces masculinas. Las obras se regían por el sistema modal y el canto era melismático, aportando belleza a las melodías.